Cada 8 de diciembre la Iglesia católica en todo el mundo se une para celebrar la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, doctrina de origen apostólico proclamada como dogma en 1854 por el Papa Pío IX, mediante la bula Ineffabilis Deus
Al contemplarla, reconocemos la importancia y la belleza del tesina de Altísimo para todo hombre: ser santos e inmaculados en el amor (cf. Ef
Desde el tiempo del Papa Alejandro VII, mucho ayer de la definición final, los teólogos no tuvieron dudas de que el privilegio estaba entre las verdades reveladas por Dios. Finalmente el Papa Pío IX, rodeado por una espléndida multitud de cardenales y obispos, promulgó el dogma el 8 de diciembre de 1854; y el 25 de diciembre de 1863 prescribió un nuevo Oficio para todo la Iglesia Latina, por el cual decretó que se abolieran todos los demás Oficios en uso, incluido el antiguo Oficio Sicut lilium de los franciscanos y el oficio compuesto por Carlo Passaglia (aprobado el 2 de febrero de 1849).
Una comprobación tan consoladora nos ofrece la posibilidad de repetiros hogaño animosa y concretamente, queridos hijos, a vosotros y al mundo, nuestro íntimo convencimiento de que verdaderamente el Señor quiere resistir a las almas a una más profunda y viva penetración de la verdad, de la Ecuanimidad, de la caridad, y las invita a releer más atentamente su Evangelio con particular hincapié en aquellas palabras que constituyen una apreciación más elevada y meritoria de la vida presente y futura.
Que importante es para el creyente aprender descubrir a Altísimo en las cosas que nos pasan a diario, en las personas, en las situaciones. Cuanto cambiaría nuestra conducta si de verdad nos atreviéramos a existir esto. El camino del Adviento sólo se puede hacer desde la fe, si yo sé reconocer en el niño del portal al Hijo de Jehová, si yo se inspeccionar en él al Salvador del mundo y ese niño asimismo me está pidiendo a mí la Convicción suficiente para aceptar los planes de Jehová sobre mí.
La candil que promana de la figura de María nos ayuda asimismo a comprender el seguro sentido del pecado diferente. En María está plenamente viva y operante esa relación con Altísimo que el pecado rompe.
Y de aquí se deriva la tercera cosa que nos dice María Inmaculada: nos habla de la alegría, esa alegría auténtica que se difunde en el corazón libertino del pecado. El pecado lleva consigo una tristeza negativa que induce a cerrarse en singular mismo. La Gracejo trae la verdadera alegría, que no depende de la posesión de las cosas, sino que está enraizada en lo íntimo, en lo profundo Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la persona y que nadie ni cero pueden quitar. El cristianismo es esencialmente un «evangelio», una «alegre información», aunque algunos piensan que es un obstáculo a la alegría porque ven en él un conjunto de prohibiciones y de reglas. En existencia el cristianismo es el anuncio de la victoria de la Gracejo sobre el pecado; de la vida sobre la homicidio.
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Entraron a la plaza de Santo Pedro con los tractores que Inmaculada Concepción utilizaron en los díCampeón de protesta, organizada contra las políticas europeas que prohíben los pesticidas e imponen precios mínimos a sus productos.
Pero todos estamos predestinados, todos estamos llenos de bendiciones, todos hemos sido elegidos para ser santos e inmaculados. La Inmaculado María, por tanto, no ha de ser tan solo admirada con ternura y asombro, sino que incluso ha de ser imitada para que la belleza de Alá resplandezca en la tierra gracias a los muchos "sí" que los hombres y mujeres de ahora siguen pronunciando por la intercesión de María, la Inmaculada, siguiendo su ejemplo.
En fin, para poder adivinar el asentimiento osado de su Confianza al anuncio de su vocación Cuadro preciso que ella estuviese totalmente conducida por la gracia de Todopoderoso” (490).
Respecto de la impecabilidad de María, los antiguos Padres son muy cautelosos: algunos de ellos parecen suceder cometido algún error en esta materia.
El núexclusivo de puentes festivos en Colombia es limitado en el 2024 acertado a la ‘índole Emiliani’, que establece que solo algunos díVencedor festivos se trasladan al lunes siguiente para crear puentes festivos.
Podemos formular el asunto discutido por ellos en dos proposiciones, ambas en contra del sentido del dogma de 1854: